Va por ti Albita! SIEMPRE en nuestros corazones!

¿Qué es la vida?
La vida es un sorteo. Te puede tocar una vida mala o una vida buena, pero lo peor de todo, que te la pueden arrebatar con tan solo 15 añitos, como le pasó a mi amiga.
Nos quejamos el día a día de que la vida es una mierda sin saber por qué lo decimos. Nos quejamos de estudiar, nos quejamos de trabajar, nos quejamos por no tener dinero, y con tanta queja nos olvidamos de agradecer que por lo menos tenemos la oportunidad de seguir viviendo, oportunidad que no le es concedida a todo el mundo.
Hace ya casi medio año, esta vida perra se llevó a una amiga mía. ¡Me la quitó! Me la quitó a mí, a sus mejores amigas, a las cuáles admiro por cómo lo están llevando, pero lo peor de todo, es que se la quitó a su hermano y a sus padres. Ellos sí saben y pueden decir que esta vida es una MIERDA, porque ¿qué sería la vida de unos padres sin su niña?, ¿qué sería la vida de un hermano, que sigue levantándose todos los días por las mañanas y ve la habitación de su hermana pequeña vacía? NADA. UNA MIERDA.
Yo no he experimentado esa sensación, no tengo ganas de experimentarla, ni le deseo a nadie que la experimente, pero aún así lo sé. Sé que esa sensación es lo peor que le puede pasar a uno, y es que el ver como tu hija se esfuma y saber que no la volverás a ver ni la volverás a abrazar es una sensación que debe de destrozarte el alma.
El día que me enteré yo no daba crédito a lo que mis oídos escuchaban, simplemente pensaba: No puede ser, debe de ser una broma de mal gusto. Pero cuando vi las caras de más de la mitad de la gente del instituto me dí cuenta de que era cierto. Toda esa gente llorando y con caras largas, igual que yo, a la que nadie podía consolar; la única que podía haberlo hecho era ella, pero ya no estaba.
Ese día no lo pasé tan mal, pues simplemente no podía creérmelo. El día anterior, por Dios, tan solo un día antes había preguntado por ella y me dijeron que estaba en casa porque no la apetecía venir a clase, cuando estaba en el hospital viviendo sus últimas horas, dando sus últimos respiros de aire y su corazón estaba a punto de parar de latir.
Lo peor para mí fue al día siguiente, cuando llegue a las 8 de la mañana y me encontré con una de sus mejores amigas llorando sin poder parar, y sin parar de recordar momentos a su lado, sin dejar de recordar que esos momentos ya se habían acabado. En ese momento estuve a punto de echarme a llorar, y si no lo hice, fue porque sabía que tenía que estar con ella para consolarla, y no para llorar a su lado. Cuando a las 12 todo el instituto hizo un minuto de silencio por ella, pues eso era lo mínimo que ella se merecía, pero y ¿qué más da? Si ya no estaba entre nosotros para poder ver lo mucho que la quería todo el mundo. Ese minuto de silencio para mí fue interminable, uno de los más largos de mi vida, para que luego digan que todos duran 60 segundos, pero en ese minuto yo pude recordar millones de momentos con ella y todos geniales; lo malo fue, que ese minuto me sentó muy mal, me sirvió para darme cuenta después de casi dos días, que ella ya no estaba, que se había ido y que ya no volvería a ver esa sonrisa tan bonita y esos ojazos azules que tenía, que no volvería a escuchar esa risa que tanto me contagiaba en clase y fuera de clase. No lloré por el día, no sé si fue para que la gente no me viera y para parecer más dura, pero esa noche y las 3 o 4 que la siguieron, antes de dormirme, la única imágen que tenía en mi cabeza era su carita, oía su vocecita y solo pensaba: "Dios mío, Albita no. No puede ser. ¿Pr qué ella? ¿Por qué no un asesino en serie o algo así? Alguien que se lo merezca, pero ella no, por Dios." Mientras mis lágrimas se derramaban por mis mejillas sin cesar. Y aunque pasen años, yo sé que seguiré pensando en ella y seguiré derramando lágrimas por ella, porque ella me marcó, tal y como lo hizo con toda la gente a la que conoció y ahora nadie la podrá olvidar.
He decidido escribir esto, ya que no tuve valor de ir a su entierro para despedirme de ella. Fui una cobarde y lo reconozco. Una cobarde de mucho cuidado, pero no hubiese podido soportar verla sin vida y preferí quedarme con los recuerdos de los momentazos tan buenos que he vivido con ella, aunque no hayan sido muchos.
La conocí cuando ella entró en primero al instituto, pero cuando de verdad la conocí fue al año siguiente, cuando repetí y me tocó con ella en clase. Ahí tuve la oportunidad de conocerla de verdad. Ella ha sido, y lo será para siempre en los corazones de la gente que la ha conocido, una chica extraordinaria, una chica especial, una chica a la que no podías odiar ni aún queriéndolo. Porque era un cielo de niña, siempre sonriente y alegre, simpática, con la que podías hablar de todo, le podías contar tu vida entera, que ella siempre iba a estar ahí, escuchándote, aunque le estuvieras contando un rollo patatero más aburrido que la ostia, ella estaba ahí hasta que terminaras, y para mí eso es ser buena amiga. Me jode muchísimo no haberla conocido antes, y me duele mucho más todavía lo que le ha ocurrido, porque ella no se lo merecía.
Recuerdo tantos momentos con ella: en clase, en El Guijo, en Gala, en fiestas, tantos buenos y únicos momentazos que nunca volverán, porque ella ya no está.
Después de todo lo dicho, llego a la misma conclusión que al principio. Que la vida es una mierda, no la mía, todo lo contrario, aunque mi vida no sea como me gustaría que fuese, por lo menos sigo aquí, luchando, cosa que a algunos no se les ha permitido.

D.E.P. Albiita!
Siempre en nuestros corazones Pytufaaa!! =) SIEMPRE!