miércoles, 16 de junio de 2010

Reflexión sobre el fin de curso.

Otro año más que se ha ido volando, tan rápido como el viento.
Para mí este ha sido un curso en el que he aprendido mucho. He aprendido de mí misma, he aprendido de mis compañeros, pero sobre todo he aprendido de mis cuatro profesores, Eloy - Lengua, Maite - Inglés, Fernando - Historia, y Raquél - Matemáticas, C. Naturales y Tecnología.
Ha sido un curso muy intenso en el que he conocido a gente que merece la pena haber conocido y a otra gente que no me ha agradado tanto, pero en general ha sido una experiencia muy buena, porque el día de mañana, cuando ya esté integrada en el mundo laboral, no todo el mundo será tan majo y simpático con migo como lo han sido la mayoría de mis compañeros, y yo tendré que enfrentarme al obstáculo de convivir el día a día con esa gente, y tendré la obligación de superarlo, porque esta vida, por mucho que nos la pinten de color rosa mientras somos pequeños, con una cierta edad nos vamos dando cuenta que no es así; que hay millones de obstáculos que tendremos que superar si queremos que algún día nuestra vida pueda ser de color rosa, aunque sea pálido, y este año me ha ayudado bastante para ir cogiendo algo de experiencia.
Creo que uno de los primeros obstáculos de la vida de una persona, o por lo menos en la mía, ha sido "la edad del pavo". Ese período de rebeldía que muchos tenemos, en el que no queremos estudiar por vagos, y nuestro único deseo es trabajar y tener nuestro dinero para gastarnoslo después en 5 noches de fiesta, después de haber currado todo un mes. Y lo que no nos damos cuenta es que es mucho más duro trabajar que estudiar; que el día que terminemos con nuestros estudios la única opción que tendremos será trabajar, y será por el resto de nuestros días, por mucho que nos hartemos y nos cansemos de ellos no tendremos otra elección. Y ahora que todavía somos jóvenes tenemos la oportunidad de elegir. Eso es de lo que no nos damos cuenta en este período de nuestra vida. Yo no sé si ya habré pasado esa página de mi vida, pero lo que si sé es que quiero seguir estudiando y aprendiendo todo lo que pueda, y que mientras tenga la oportunidad de hacerlo, lo haré.
Este año me ha servido para darme cuenta de esto y de más cosas, como por ejemplo de cuáles son mis más, pero también de mis menos, pues soy conscientemente de que también los tengo, como todo el mundo tiene los suyos. Estoy orgullosa de mí misma por el esfuerzo que he hecho académicamente, y repito otra vez, todo gracias a mis profesores, pero no sólo voy a hablar de lo bueno, sino también de lo malo; Uno de mis defectos más importantes, o al menos del que me doy cuenta a veces es, que soy muy cabezota, muy impulsiva y que siempre digo todo lo que pienso. Eso, según cada situación, podría ser bueno o malo, pero yo tengo que aprender a tener la cabeza fría y saber en qué momento debo de hablar y en cuál debo callarme, así como debo aprender a controlar mis impulsos. Tengo un carácter muy fuerte desde que era una cría y ahora también lo sigo teniendo, aunque con algunos cambios. En este curso he aprendido a ser buena en los estudios, pero todavía me queda por aprender a controlar algunas cosas de ese carácter tan singular que tengo y me doy cuenta de ello. Creo que por el momento ese es mi problema, y estoy trabajando en ello y poniendo todos mis esfuerzos por corregirlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario